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No hay nada nuevo bajo el sol, pero es interesante echarle una mirada a este mundo, que por azar o destino compartimos vos y yo en la tercera roca desde el sol. A ver con que nos encontramos...
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viernes, 19 de agosto de 2011

Economía y política: La batalla de Praga

El siguiente trabajo, que ahora publico en "Océanos procelosos", no es inédito, pertenece a una serie de artículos que escribí y publiqué anteriormente, algunos hace varios años, en mis propios webs y blogs.



Escrito en base a sucesos que tuvieron lugar en el año 2000, pero que no dejan de ser de actualidad, a lo largo de este artículo se desarrollan ideas y reflexiones, apoyadas en cierta dosis de ficción, en torno a la reunión anual conjunta del FMI (Fondo Monetario Internacional) y el BM (Banco Mundial) que se realizó ese mismo año en Praga y que fue escenario -palos y gases lacrimógenos de por medio-, de una nueva batalla entre globalizados y antiglobalizados.

Por José Alejandro Tropea

Ilustración: Collage basado en "The Rout of San Romano" (c. 1456), pintura de Paolo Uccello y en una fotografía del Prague Congress Centre

Levántate y anda!

Afuera arreciaba la batalla entre los manifestantes antiglobalización y la policía checa. Adentro Horst Köhler y James Wolfenshon -titulares del FMI y el BM respectivamente-, en una de sus exposiciones relativamente rutinarias, expresaron, palabras más palabras menos que "la pobreza es una amenaza para la estabilidad política del mundo".

Es probable que Köhler y Wolfenshon no supieran, al decir lo que dijeron, que ciertas cosas no deben decirse en un lugar como la inefable Praga, donde la atmósfera está cargada de magia y misticismo y el Golem (1) se pasea como pancho por su casa embarrándolo todo. Donde cualquiera sabe que las palabras y los números, en ciertas condiciones, que ahí siempre están dadas, son capaces de recrear lo inanimado o lo que ya está muerto y sepultado, para -según el caso- iniciarlo en la vida o volverlo a ella.

Y eso fue lo que sucedió. De un plumazo sus palabras levantaron el cadáver, los restos inanimados de la guerra fría y lo volvieron a la vida bajo una nueva forma, una nueva identidad, bajo la forma de la brecha entre países ricos y países pobres.

En el 2000 la guerra fría es globalización, la desaparecida bipolaridad este-oeste es la bipolaridad bolsillos llenos-bolsillos vacíos, ciudadanos de primera-ciudadanos de segunda. El muro de Berlín, esa barrera que actuaba por elevación se transformó en la brecha, una barrera que irónicamente actúa a la inversa, por profundidad.

Ayer la pinkfloydeana pared de Berlín dificultaba el pasaje del este comunista al oeste capitalista, pero no impedía el éxodo inverso, que llamativamente no tenía mucha demanda. Y hoy, la grieta económica dificulta el pasaje de la pobreza a la riqueza, pero no le impide a los ricos, si lo desean, convertirse en pobres, esto último con tanta rapidez como lo primero con tanta dificultad, y que más lógicamente que llamativamente tampoco tiene gran demanda.

Ayer, si bien el match este-oeste se desarrollaba a nivel de naciones separadas netamente por un muro, el conflicto se prolongaba, internamente -a manera de ensalada mixta ideológica-, en cada una de ellas.

Apenas comenzado, el match se internaba en los polos mismos de la bipolaridad: en USA crecía exitosamente la cadena "McCarthy", una serie de locales de juicio rápido, abiertos para satisfacer la cacería de brujas dedicadas a diabólicas actividades antinorteamericanas (todavía se recuerda el banco de plaza que había a la entrada de esos locales, con un simpático muñeco llamado Joseph (2), sentado y exhibiendo una sonrisa de oreja a oreja).

Paralelamente, en la URSS se expandía, también exitosamente, la cadena "McDeltomate", una serie de locales de internación rápida, abiertos para asistir y curar a personas que debido a sus graves disturbios mentales se oponían al régimen imperante y no rendían culto a la personalidad (todavía se recuerda el banco de plaza que había a la entrada de esos locales, también con un simpático muñeco llamado Joseph (3), pero de grandes bigotes, sentado y exhibiendo una sonrisa de oreja a oreja).

Y hoy, la zanja que divide a las naciones en ricas y pobres, también se prolonga, internamente -como una suerte de ensalada mixta pero socioeconómica-, en cada una de ellas.

Uno puede haber nacido del "lado rico" de la brecha, en una nación próspera e industrializada, pero al primer descuido, a la menor distracción se puede terminar "en el lado pobre del lado rico", viviendo a la intemperie, acompañado por un fiel perro callejero y empujando un carrito de supermercado con lo que le quede de sus pertenencias. Y aunque uno haya nacido del "lado pobre" de la brecha, en una banana republic, con habilidad e ingenio, viento a favor y algo de suerte se puede llegar a vivir entre decentemente y principescamente dependiendo de la falta de escrúpulos que sume a la habilidad, el ingenio, el viento favorable y la buena suerte. Uno hasta puede ahorrar mucho dinero que después guardará en el colchón, que será depositado en una caja de seguridad de Suiza o Caimán.

Fe de erratas

El paralelismo se infiltra incluso hasta en el significado de las palabras. Tanto "guerra fría" como "globalización" son términos igual de inexactos, indefinidos, malintencionados, manoseados y falsamente originales.

La "guerra fría", más parecida a un auto con radiador descompuesto que a una heladera con freezer siempre levantó temperatura en varios lugares (Corea, Medio Oriente, Vietnam, Afganistán, Africa, Latinoamérica, etc.) y el término no designaba nada nuevo bajo el Sol: un enfrentamiento para nada despreciable entre USA y URSS ya se daba en el período entreguerras, desde el día que al zarismo se le vino la noche. No por nada durante la segunda contienda "global" fueron más una extraña pareja que un fiel matrimonio victoriano.

Y la "globalización", al menos hasta el día de hoy, no repartió sus virtudes bienechoras sobre todas las almas, ni tampoco el término define nada nuevo bajo el sol: salvo la exportación de servicios, Internet, la aceleración de los acontecimientos y la velocidad de propagación de sus efectos, el resto es figurita repetida: el comercio internacional, la existencia de uno o más imperios romanos dominantes simultáneos, la habilidad de los capitales para desplazarse de acá para allá, etc.

La guerra y la paz

Para poner más leña al fuego y agigantar el paralelismo, Wolfenshon hizo un llamamiento -a quienes corresponda- para "buscar, en pleno auge de las consecuencias de la globalización, una mayor igualdad en la distribución de los beneficios del desarrollo", de la misma manera que los pacifistas, con intenciones tan nobles como ingenuas y estériles, en pleno auge de la guerra fría, exigían a las dos superpotencias -y a sus respectivos aliados, voluntarios o forzados, comprados u ocupados- que depusieran su actitud, diciéndole adios a la bomba, desmantelando las catapultas misilísticas y destinando el gigagasto de defensa a la construcción del vergel de la humanidad.

Eran los tiempos en que Lennon pedía una oportunidad para la Paz así como ahora Bono pide una oportunidad para los pobres, por ejemplo a través del perdón de la Deuda. Eran los tiempos en que las conversaciones por el desarme no convencían a muchos, así como hoy las recetas aplicadas por el FMI pierden popularidad al ritmo de su fracaso. Eran los tiempos en que si no se defendían ideales uno podía llegar a ser considerado un bastardo comerciante, así como ahora si no se piensa en términos comerciales uno puede llegar a ser considerado un estúpido idealista.

Un mundo feliz

En su discurso James Wolfenshon declaró, como objetivo, la lucha contra esos indeseables enemigos que son la pobreza, la desocupación y la explotación del hombre por el hombre (expresión esta última siempre tan noble como curiosamente redundante, si tenemos en cuenta que todavía, que se sepa, y excluyendo ciertas películas clase B, ninguna civilización extraterrestre ha intentado explotarnos para su propio beneficio).

¿Habrá dicho lo que dijo sabiendo lo que encierran sus palabras? Si dijo que lucha contra esos enemigos es porque considera que puede vencerlos, entonces ¡Aleluya! Si no es un estúpido ni un quijote, el hombre está anunciando, con la derrota de la pobreza, la desocupación y la explotación, el próximo advenimiento de un mundo feliz, la utopía soñada, haciendo que Tomás Moro, Platón y otros utopistas descansen al fin en paz. ¿Aspirará Wolfenshon a ser convertido, en vida, en santo patrón-oro de los acreedores?.

Pero lo que encierran sus palabras va más allá todavía. Los objetivos que declara son los mismos que persiguen los manifestantes antiglobalización. Entonces, intencionadamente o no, parece estar diciendo que estos últimos y los organismos reunidos en Praga son virtualmente aliados y que, por comparación de objetivos, ellos son tan buenos como los que protestan.

Es cierto que considerando que ambos bandos no se pueden ni ver, salvo con palos y gases lacrimógenos de por medio, puede ser que lo anterior, desde el punto de vista lógico se vea absurdo, increíble y disparatado, pero seamos justos con este hombre, la Historia muestra que lo suyo registra antecedentes: durante la segunda guerra mundial -conflicto que "desde el punto de vista lógico" no debía producirse, ya que la primera gran guerra fue tan espantosa que "acabaría definitivamente con todas las guerras"- del 41 al 45, desde que USA recibiera las bombas del imperio del sol naciente en Pearl Harbour hasta que las devolviera, "con su saque", en Hiroshima y Nagasaki, soviéticos y yanquis, que habían sido archirecontraenemigos desde los diez días que conmovieron al mundo (4), se convirtieron en aliados. Y en estos diez días que conmovieron a Praga (5), ¿habrán sido globalizados y antiglobalizados aliados sin quererlo ni saberlo? Este enigma, por ser un enigma de Praga, permanecerá sin respuesta.

The end

Dejando de lado estas últimas conjeturas, a medio camino entre la realidad y la ficción y volviendo a la realidad de Praga, o al menos a la que parece que lo es o que nos dicen que lo es, mientras miles de manifestantes embestían contra la reunión del FMI-BM a través del filtro de la policía checa, hasta el punto de lograr que finalmente se suspendieran deliberaciones, reuniones de café y fotos para la posteridad, Köhler y Wolfenshon hablaban de "la amenaza que representa la pobreza para la estabilidad política del mundo" (o expresado en lenguaje más técnico: "el riesgo mundo está muy alto"), así como durante la guerra fría se hablaba de "la amenaza que representaba el enfrentamiento este-oeste para la supervivencia del planeta" (o expresado también en lenguaje más técnico: "el riesgo fin del mundo (6) está por las nubes").

Si bien la actual amenaza no es nada bueno para nuestro azaroso destino, al menos representa una mejora existencial respecto de la anterior: ahora podremos morirnos de inanición, pero nos consuela que el mundo seguirá andando para los demás. Antes ni eso: junto con nosotros se iban al diablo el resto de los mortales (justos y pecadores, fieles contribuyentes y especuladores), la revista Play Boy, el señor Spock, Disneylandia, los habanos cubanos y los churrascos argentinos.

De la Tierra a la Luna

Terminada esta batalla, si el paralelismo con la guerra fría se propone continuar vivito y coleando y creciendo, entonces es esperable una escalada armamentista -o defensiva, que es lo mismo, ambos términos son dos caras de la misma moneda-. Unos y otros intensificarán sus acciones: unos para reunirse sin sobresaltos ni interrupciones imprevistas y los otros para impedir que sea así.

Los cuestionados organismos monetarios tratarán de "sostener el fuerte", mientras la sociedad civil, cada vez más huérfana de una clase política y gobernante que valga la pena, tratará de incendiarlo, como en Praga y antes -con más intensidad- en la batalla de Seattle contra la OMC (Organización Mundial de Comercio).

Es probable que Köhler y Wolfenshon consideren la posibilidad de hacer la próxima reunión en forma virtual, vía Internet, o físicamente, pero en algún lugar inaccesible y de bajo perfil, tipo lago Titicaca, estrecho de Behring o desierto de Gobi o en sitios de altísimo perfil pero apreciablemente inaccesibles, como la Estación Espacial Internacional o el Mar de la Tranquilidad en la luna o, alimentando más el paralelismo, en el pinkfloydeano lado oscuro de la misma. Esto último, al menos, justificaría la ironía de las crecientes críticas según las cuales, a juzgar por las recetas aplicadas y su posterior fracaso (Méjico, Rusia, Brasil, sudeste asiático) el FMI y el BM parecen estar en la luna.

Del otro lado, los manifestantes antiglobalización tambien extremarán los ataques: pasarán de mostrar sus traseros -en actitud de irónica entrega y sumisión- a mostrar (los varoncitos) sus genitales en irónica actitud de atacar y violar a las que consideran recetas prostituidas.

Es posible -de nuevo el paralelismo- que nazca una cultura de la brecha, así como en la segunda contienda mundial y en la inmediata guerra fría por ejemplo Superman, Batman y otros superhéroes existentes o nacidos "on demand", lucharon contra el Eje y después contra el comunismo. Ahora espontáneamente podrían surgir superhéroes y villanos a tono con la época: Homelessman, Pigman (el hombre chancho). O series y películas: "Especulación fatal", "El día que los mercados paralizaron la Tierra". Hasta es posible que se canonice a Robin Hood, después de todo ¿quien ha luchado más que él para achicar la brecha entre ricos y pobres?.

Porque te quiero te aporreo

Para exacerbar el enfrentamiento y seguir además sosteniendo el paralelismo Köhler, ante los ataques recibidos, no solo de los manifestantes sino también desde la comunidad financiera internacional y Wall Street, entre otros, defendió la existencia del FMI y el BM, hablando "del importante papel que cumplen ambas instituciones de ayuda económica y programática", quejándose "que ellos no han creado miseria" y diciendo que "hoy más que nunca la globalización requiere cooperación e instituciones que organicen esa cooperación". Así que si el FMI y el BM no existiesen, deberían ser creados, que traducido al vulgar lenguaje de la calle significa "somos un mal necesario", haciéndonos caer, otra vez, en el paralelismo. Durante la guerra fría el discurso era, por parte de ambos bandos: "hoy más que nunca es necesario que sigamos incrementando el arsenal nuclear debido a que el enemigo está haciendo lo mismo. Si no lo hacemos, el desequilibrio acabará con la garantía que representa para nuestra supervivencia la DMA (Destrucción Mutua Asegurada)". Que traducido a lenguaje de la calle significa "somos capaces -ambos bandos- de hacer bolsa el planeta veinte veces, eso es malo, pero es necesario que sea así para que no lo hagamos bolsa ni una vez".

Mea culpa, tua culpa, nostra culpa

Dice la leyenda -Praga digiere rápido los sucesos y los rejurgita en forma de leyenda- que en medio del fragor de la batalla Köhler dijo algo más que "somos un mal necesario", pero que fue tapado por el ruido de la refriega y ningún medio lo registró.

La leyenda dice que dijo "nosotros no seremos perfectos, pero los gobiernos también tienen su culpa -en términos vulgares quiso expresar que "la culpa no es toda del chancho sino también de quien le da de comer" y que "el que esté libre de pecado económico que tire la primera receta"-. Y supuestamente continuó "los gobiernos que asistimos han hecho malos planes económicos, han mordido nuestros préstamos o los han usado mal. Parece que no supieran ni aceptaran ni respetaran que dos más dos es igual a cuatro", que traducido todo esto a términos aritméticos elementales significa: "todo lo que entra prestado por la puerta que da hacia afuera de un país en apuros económicos y financieros debería salir, completo, administrado y distribuido por la puerta que da hacia adentro. Sin embargo no es así, rara vez un gobierno ha logrado hacer que dos más dos sean cuatro: muchas veces deliberadamente hizo que dos más dos fueran tres y se quedó con el "uno", otras veces declaró que dos más dos son dos, se quedó con "dos" y decretó el no pago de los otros "dos"; otras veces, como en la Rusia de la Era Yeltsin, dijo que dos más dos son cero y se llevó los "cuatro" a Suiza"; en el extremo se ubica orgullosa Argentina, que en 2001 declaró que dos más son lo que se le da la gana y decretó el no pago de lo que se le dio la gana.

Hagan el amor, no la guerra

En fin, la batalla, esta batalla, terminó. Contienda que según muchos agudos observadores y analistas era innecesario librar -lo mismo que la de Seattle contra la OMC- por estar ganada de antemano. Esto reconocido, a su manera, desde el centro mismo de la globalización y por el mismo FMI-BM, al confesar las metidas de pata en el diagnóstico de los escenarios económicos locales y en el tratamiento propuesto para su cura, hasta el punto de renegar de su propias recetas magistrales, sugiriendo últimamente hacer algo muy distinto de lo que antaño propusieran. Wolfenshon y Köhler ahora recomiendan, dicho en lenguaje familiar, algo así como "muchachos, tomen el papel donde les escribimos la receta, pónganlo cabeza abajo y sigan las instrucciones. Ah... y disculpen los errores de cálculo ¿eh? lo pasado pisado".

En lo que se refiere a que la batalla es innecesaria por haber sido "ganada de antemano", la duda es quien, del FMI o el BM, va y les dice a los manifestantes antiglobalización, en lenguaje crudo y directo "muchachos, quédense de brazos cruzados, mantengan la calma, no se bajen los lienzos y los calzones a lo largo de las grandes capitales y hagan de la paciencia su bandera, que nosotros ya nos dimos cuenta de que nos estamos haciendo los goles en contra sin necesidad de que ustedes manden atacantes al área ¿o no ven acaso que estamos perdonando algunas deudas pendientes?".

Consejo al que, según otra leyenda, Bono (7)) retrucó, "Ah, sí, todo bien, pero vean a lo que se tuvo que llegar para que a ustedes se les cruzara por la cabeza que la tijera que recorta gastos también puede recortar deuda, aunque sea un pedazo".

El eslaBóno perdido

Siempre según esta otra leyenda, Bono, empapado por reconocidos expertos en el ABC de la problemática de la deuda, les recordó a Köhler y Wolfenshon algo que fue peor que si les hubiera estampado en el rostro un tomate transgénico, algo que ya les dijo anteriormente y que otros analistas, especialistas y economistas también dijeron, que "para no perder batallas calientes durante la guerra fría se daban préstamos -más distorsionados que imagen en espejo de parque de diversiones electromecánico- en condiciones turbias a gobiernos no siempre legítimos y con pésimas administraciones que metían las manos hasta el fondo de la lata".

Reveladoras palabras que, siempre según esta leyenda, autorizaron la exumación del cadáver de la guerra fría para tomar unas muestras de ADN y compararlas con el ADN de la brecha y confirmar -en una escena a medio camino entre cuento de terror y culebrón sentimental- que en el linaje de la segunda está presente la primera, que en el mapa genético de la brecha hay secuencias -y consecuencias- completas que coinciden con el mapa de la guerra fría.

Fantástica noticia de primera plana, que no impresionó a la Aldea (Global), que ya sabía de donde y con que complicidades (locales) el Doctor Frankestein obtuvo el material para crear su engendro y que después fuera testigo de cómo otras fallidas recetas del doctor, al igual que los golems en Praga, se pasearon como pancho por su casa por Méjico, Brasil, Rusia y el sudeste asiático embarrándolo todo.


REFERENCIAS

1 - Según una leyenda el rabino Löw hizo un golem (materia inanimada) con barro del Vltava (río de Checoslovaquia que atraviesa Praga) y le dió vida al colocar en su boca una tablilla con una inscripción mágica. Cuando este golem termina enloqueciendo el rabino le quita la tablilla volviéndolo a su estado original. Hay muchas otras leyendas sobre la creación de golems, en todos los casos mediante el uso de fórmulas contenidas en la Cábala. La del rabino Löw es la más célebre.

2 - En los años cincuenta el senador Joseph McCarthy (1908-1996) estuvo encargado de la investigación y persecución de ciudadanos sospechados de comunistas y de realizar, a partir de esa posición, actividades en contra de los intereses norteamericanos.

3 - José Stalin (1879-1953) condujo la Unión Soviética desde 1928 hasta su muerte en 1953.

4 - "10 días que conmovieron al mundo" es el título del libro que escribió el periodista norteamericano John Reed sobre los sucesos de los d&iacuteas críticos de la caída del zarismo y la revolución de octubre.

5 -La reunión anual conjunta del FMI-BM se celebró, a lo largo de diez días, entre el 19 y el 28 de septiembre de 2000.

6 - Para dar una idea del riesgo de que se produzca una conflagración nuclear se utiliza una convención que permite indicar permanentemente ese nivel de riesgo, se trata del "reloj del juicio final", el cual, de acuerdo a los minutos que faltan para la medianoche nos informa de la magnitud del riesgo de una guerra nuclear al momento de consultarlo. El cálculo de la cercanía o lejanía de la medianoche se determina en base a la situación política mundial, la marcha en las conversaciones sobre el desarme y otras cuestiones relacionadas. A lo largo de la guerra fría la aguja se acercó y se alejó alternativamente de la hora doce. El reloj ha seguido funcionando después de la caída del muro y de la Unión Soviética y en nuestros días sigue vigente.

7 - Bono es líder del conjunto irlandés U2

















Copyright © 2007 José Alejandro Tropea

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