Tal vez sea cierto que no hay nada nuevo bajo el sol, pero cuando brotan del papel cosas como Orsai, nadie en el medio es para pensar que sí hay algo que nunca estuvo ahí.
Orsai es un milagro en los medios gráficos. Algo que no se ve ni todos los días, ni todas las estaciones del año, ni todos los años.
¿Cómo describir esto que tengo en las manos?, a ver, es algo así como un libro - revista - diario - objeto, un ornitorrinco gráfico podría ser una buena imagen, que a lo largo de algo más de 200 imperdibles, eclécticas páginas, presenta todo: historia, cuento, ensayo, consejos, viñetas, historietas, reportajes, revelaciones, a cargo de auténticos y genuinos artistas y profesionales, cada uno en lo suyo.
Para colmo, no tiene índice. Inconcebible. ¿Inconcebible? No, es Orsai. Y si Orsai lo dice, mejor dicho, si no lo dice, por algo será. Pero a cambio, algo nuevo en materia de alfa y omega, quiero decir en materia de comienzo y final de los artículos. Precediendo cada uno de ellos va la página "Entrada", con información y algo más sobre el artículo que se inicia (nosotros agradecidos). Y al finalizar va la página "Sobremesa" (otra vez nosotros agradecidos), donde, bueno, eso, la sobremesa después de comerse vivo el artículo, donde la gente de Orsai comenta lo que ha leído usted, o han leído ellos, o usted, bueno los dos.
Claro, atrás de todo siempre hay un responsable, una causa, atrás del huevo está la gallina y atrás de esta otro huevo y así... Acá es Hernán Casciari, o, para ser justos, como se acostumbra presentar los créditos en los papers científicos: "Hernán Casciari y otros" (notables). ¿Cómo? Ah sí, es nada menos que el Casciari de "Más respeto que soy tu madre", la del otro notable Antonio Gasalla. Hernán, ahora con coordenadas fijas en España, se ha embarcado en esta gesta heroica.
La revista -por llamarla de alguna manera aproximada- Orsai es un objeto de medio kilo (eso dice la balanza que pesa), armada con tapa y hojas de papel ilustración de alta calidad. Hernán y sus cómplices han logrado concentrar en este objeto originalidad, libertad y creatividad, nada de prejuicios, rebeldía sí, anarquía también (era hora), profesionalismo y talento sin dudarlo, amor por lo que se hace un montón, respeto por el lector ni que decirlo, espontaneidad, frescura y naturalidad de sobra, despliegue visual a raudales.
¡Cuidado! El número uno entonces está suelto, de una se escaparon de la imprenta, en medio de la noche y sin bombos y platillos publicitarios 10.080 ejemplares de la especie, sin que nadie pudiera evitarlo. Para colmo no hubo intermediarios tradicionales que estorbaran la estampida. Si la presa se te ha escapado tómate el trabajo de cazar la próxima. Su cabeza, o su pico de pato, asomará el martes 5 de abril (hora a definir), pero te recomendamos estar listo mucho antes para asegurarte un ejemplar, porque acá lo de "se agota" parece que va en serio.
Por suerte está "la internet que le dicen", y allí en la nube, con alas y aureola de ángel, está Orsai. Para más información y participar de esta movida acudí corriendo a este sitio http://orsai.es/blog/. Para qué voy a estar yo en el medio entre ustedes y ellos hablando de más, con más razón justamente si consideramos la filosofía del proyecto, declarada en el nombre completo "Orsai, nadie en el medio".
La imagen que acompaña esta entrada es: Orsai en pleno. De derecha a izquierda, tapa, lomo y contratapa. Sí, Jack, lo lamento, todo unido para no pecar destripando en tres la obra gráfica que atraviesa triunfante cada plano de la primorosa envoltura. Envoltura que anticipa de entrada los excelentes criterios de arte, diseño y diagramación que llevaron a este milagro.
Ahora solo resta esperar que aparezcan las malas copias y las pobres imitaciones de esta revista única, para que ya no haya dudas de la gran idea que es Orsai.
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